martes, 3 de mayo de 2016

Crecer en y con lo digital, en la familia y la escuela

photo credit: Tonymadrid Photography via photopin cc
Llevo desde hace tiempo reflexionando en mi aula -con alumnos y con las familias- sobre las consecuencias y repercusiones que la sociedad digital y de la información tienen en nuestro quehacer, ya sea en la escuela y la familia. Y es que las nuevas características de la sociedad actual (visual, digital, hipertextual, multimedia, online..) y los nuevos escenarios de aprendizaje y socialización son irrenunciables. Estamos en el siglo XXI y no hay vuelta atrás, la escuela y la familia no pueden quedarse en los años 70 u 80 porque para eso ya tenemos a "Cuéntame".

Desde el aula, un elemento más de trabajo a diario es el blog de clase como recurso y como diario de experiencias. Con los alumnos he trabajado diversos procesos y normas (ejemplos); también con los padres a través de las sesiones de tutoría.

¿Es seguro Internet y los elementos digitales a los que tienen acceso?
Pero... ¿es que es segura la vida?
Sí, ambas. 
Para "sobrellevarlas" lo mejor... educación y acompañamiento constante.

En el campo de la educación tiene mucho que ver todo esto de lo que hablo con algunos conceptos primordiales de nuestra labor profesional, aunque muchos no quieran aceptarlo y el "hacer oídos sordos" sea más común de los esperado y deseable; dichos conceptos son el de la identidad digital y competencia digital, también el de alfabetización mediática e informacional
La identidad digital es una faceta actual de nuestra propia identidad individual y que todos tenemos en mayor o menor medida -todos dejamos y tenemos un rastro en Internet-; se configura por el rastro que como usuarios dejamos en la Red fruto de la interrelación con otros usuarios, con la búsqueda, selección o producción de contenidos en el formato que sean (imágenes, publicaciones o comentarios en la web o un blog, sanciones publicadas por organismos oficiales, búsquedas, suscripciones, resultados académicos o laborales...). 
Aula del siglo pasado, fuente: http://coleccionescolar.com/paulaescolar.html
Actualmente estoy haciendo un curso de formación de Juan Carlos Palomino sobre pautas para fortalecer la seguridad en el uso de las tecnologías de la información en los entornos educativos y lo cierto es que los datos y los recursos sorprenden. Paso a detallar algunas ideas al respecto.

A mi interés por este tema se une que confirmo que mis alumnos tienen contacto con soportes digitales desde pequeños. Como decía anteriormente ellos y yo usamos un blog de aula desde primero de primaria; en diversas ocasiones hemos hablado del tema, en clase y en las sesiones con padres; además este año, con motivo de las celebraciones de sus primeras comuniones, hemos hablado y debatido sobre sus regalos y el uso que hacen de ellos -posiblemente luego publique una entrada sobre algunas ideas al respecto- y los datos que me ofrecen también son significativos sobre la disponibilidad del tipo y número de recursos, las condiciones de acceso, la independencia de uso, las horas de uso, etc. Y hay muchos detalles sobre los que debemos seguir trabajando.

 Nativos digitales o huérfanos digitales,  
esa es la cuestión

Cierto es que Internet y las tecnologías de la información y la comunicación en sus diversos soportes (televisión, tabletas, smartphone, ordenadores...) así como las consolas, reproductores de sonido y vídeo, etc. son fuente de información, conocimiento, aprendizaje y diversión. Todas ellas impregnan nuestras vidas en mayor o menor medida. 

Pero también me surge la duda -y más al hablar con mis alumnos- de si, aunque es cierto que tienen más habilidades que sus padres para interactuar con ellas, parece no ser menos cierto que no demuestran criterio y discernimiento en cuanto a su correcto uso. Normal, eso es cuestión de madurez y a sus edades en ello andan faltos.

Los niños, y por tanto mis alumnos, hacen un uso de carácter más lúdico de todos los aparatos a los que tienen acceso y no demasiado orientado al aprendizaje. Desde clase si que hacemos trabajos y ponemos tareas que implican a las TIC en nuestros proyectos. Facilitamos por tanto esa otra funcionalidad a las herramientas digitales pero no es suficiente. La competencia digital, hoy en día y en el futuro, será imprescindible en nuestras habilidades personales. Veamos un vídeo muy didáctico y gráfico del profesor Jordi Adell (@jordi_a) sobre la concepción de la competencia digital.


Marc Prensky acuñó el término de nativos digitales (nacidos después del 1980) en contraposición al concepto de inmigrante digital (nacidos entre 1940 y 1980). Según su teoría estos nativos digitales serían más veloces procesando información, manifiestan preferencia por elementos multimedia, trabajan en red de manera adecuada, no requieren tantos pasos a la hora de seguir procesos... pero 

Por todo ello considero importante resaltar, en cuanto al proceso formativo de nuestros menores respecto al uso de las herramientas digitales, algunos consejos de imperiosa puesta en práctica, ahí van:
  1. Todo no es adecuado para todas las edades. Los niños necesitan de la guía del adulto en el acceso, uso y disfrute de las tecnologías de la información y la comunicación y los elementos y recursos digitales. Resulta primordial guiarse por los criterios de clasificación disponibles y establecidos por profesionales para los programas de televisión, webs o videojuegos a disfrutar (podemos ver los códigos establecidos para contenidos televisivos como ejemplo en http://tvinfancia.es/tvinfancia/)
  2. Fiabilidad de lo digital. Deberemos enseñar a contrastar con criterio las impresiones, ideas e informaciones que manejan los niños en cuanto al uso de las TIC y los elementos a los que tiene acceso a través de ellas.
  3. Supervisión adulta. Los entornos de uso de las TIC deben ser supervisados por el adulto siempre. Instalar el ordenador familiar en el salón o la cocina, nunca en el dormitorio infantil; establecer contraseñas de uso compartidas, controlar los tiempo de uso y la disponibilidad de las wifis... son consejos básicos.
  4. Consumidor y productor, fortaleciendo el sentido crítico. El niño podrá convertirse, gracias a las TIC, no solo en consumidor de productos elaborados sino en generador de contenidos a compartir con los demás que lo harán ir potenciando su espíritu crítico y su análisis de los productos digitales.
  5. Tiempos de exposición. En niños menores de 2 años es mejor evitar la exposición a pantallas digitales; en los niños mayores de 3 años y menores de 12 no se debería superar la 1,5 hora de exposición a pantallas al día. Los estudios así nos lo certifican (ver aquí).
  6. Pantallas y hábitos de sueño. Para garantizar una calidad en los hábitos de sueño los médicos recomiendan que los niños no utilicen pantallas durante una hora antes de irse a la cama, eso hace que duerman mejor y al día siguiente no sean propensos a la distracción e irritabilidad.
  7. Espacios libres de pantallas. En las casas se deben garantizar espacios no digitales donde potenciar el juego, la creatividad, el descanso... Para ello el dormitorio infantil es el lugar idóneo, en él no debería haber nunca TV, ordenador, tablet, consolas o videojuegos.
  8. Planificar tiempos digitales y tradicionales. Cuando van creciendo deberemos planificar horarios para que haya tiempos para actividades variadas, la variedad es lo que nos hace crecer de manera equilibrada a las personas. Es importante reservar momentos para leer, pintar, salir a la calle a pasear o jugar, repasar cosas del colegio, practicar deportes, jugar a los videojuegos, ver la televisión, navegar por Internet e incluso tiempo para no hacer nada, relajarnos, imaginar y pensar.
  9. Proteger la intimidad. Cuidar qué se usa, con qué instrumentos, qué datos se facilitan y a quién, pensar en los permisos para usar datos personales e íntimos. Fijar claves seguras, determinar el acceso a plataformas y redes y controlar el uso de la webcam, son aspectos elementales.
  10. Potenciar el sentido común y no caer en el dicho de que "el sentido común es el menos común de los sentidos". Analizar las diferencias entre las palabras "uso", "abuso" y "adicción" para entender el valor adecuado de nuestras actividades.
Teniendo en cuenta estos consejos evitaremos que nuestros menores crezcan como huérfanos digitales. Los problemas asociados al mal uso de las pantallas y herramientas digitales se verán disminuidos y su desarrollo personal, ciudadano y social se verá potenciado.
Huérfanos digitales, niños caracterizados por disfrutar del acceso a las tecnologías, con dominio respecto a su acceso y al uso de aplicaciones, pero sin criterio en cuanto a hábitos correctos de utilización y valores a aplicar en cada momento o situación; aspectos que los hacen mucho más vulnerables ante los riesgos existentes y no favorece que se conviertan en ciudadanos digitales competentes.

Para saber más:

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